Cielos al igual que la ciudades, caprichosos, azarosos, dinámicos, llenos de fuerza y luz, con infinitas caras, preparados para cautivar y sorprender de todas las maneras posibles, aunque uno tienda a crear belleza en la curva y el otro en la recta, aunque uno tienda a ser fluido y redondo frente al otro que es cuadriculado y encorsetado.