Hola a todos. Hoy voy a explicar como hacer un jabón de tomillo con sosa caústica con el proceso en frío.
Antes de nada voy a hacer un inciso para explicar qué es el jabón. Pues bién, desde el punto de vista químico, el jabón es una sal. Es el resultado de mezclar un alcalí ( en este caso sosa caústica o hidróxido de sodio) con los ácidos del aceite (u otros cuerpos grasos, como la manteca de cerdo, karité, etc). Cuando la sosa se disuelve en agua y se añade a los aceites, se produce una reacción química llamada saponificación. Para que el jabón esté bien hecho todo el hidróxido de sodio debe reaccionar con el aceite y para eso las cantidades de agua, grasas y sosa deben estar perfectamente calculadas. Todas las grasas tienen un índice de saponificación, que es la cantidad de sosa que se necesita para saponificar 1 gr de ese aceite. Una vez contado todo esto, deciros que yo no calculo mis jabones a mano, sino que utilizo la maravillosa Calculadora de Saponificación de Mendrulandia. Es increible que alguien ponga a nuestra disposición esa herramienta de manera tan generosa. Os recomiendo la página si no la conocéis porque la gente es genial y se aprende muchísimo.
Fórmula Jabón de Tomillo:
- Aceite de oliva virgen extra:350gr
- Aceite de coco: 120gr
- Aceite de palma: 120gr
- Cera de abejas: 15gr
- Manteca de karité: 30gr
- Hidrolato de tomillo: 206.5gr
- Hidróxido de sodio: 80.3gr
- Sobreengrasado: 12%
- Concentración: 28%
En este caso, voy a utilizar el hidrolato y el aceite esencial de tomillo que destilé el otro día con el alambique para realizar un jabón de tomillo. Es antiséptico y antibacteriano, sirve para pequeñas heridas y eccemas. Perfecto también para los granitos de la espalda, por ejemplo, o para utilizar ahora que ya viene el buen tiempo y empezaremos a ir a las piscinas contra los hongos.
- Pesar los ingredientes
Yo lo primero que he pesado ha sido el hidrolato de tomillo y lo he metido al congelador. De esta manera evitaré que cuando lo mezcle con la sosa alcance mucha temperatura y pierda sus propiedades.
Después he pesado la sosa. A partir de este proceso ya es muy importante protegernos con guantes, gafas y mascarilla ( o trabajar en un lugar bien ventilado). Los utensilios que vayan a estar en contacto con la sosa deben ser de acero inoxidable, plástico o cristal, nunca de aluminio.
- Disolver la sosa en el hidrolato
Añadir la sosa en el hidrolato con mucho cuidado de que no salpique con una cuchara de acero inoxidable o de madera. Como el hidrolato está congelado costará un poco, pero así evitaremos que alcance mucha temperatura y salgan vapores. Como podéis ver en la foto lo hago en la pila de la fregadera con un poco de agua fría.
Como véis, ha cambiado de color, pero es normal, no os asustéis, la sosa reacciona muy mal con casi todo y lo «quema».
- Batir el jabón
Una vez que tengamos todos los ingredientes preparados, solo nos queda añadir a las grasas la mezcla de sosa e hidrolato (lejía). Veréis como nada más mezclarlo un poco con la cuchara ya cambin de color las grasas.
Ahora se puede batir a mano (como nuestras abuelas) o con una batidora (como hago yo). Yo utilizo una vieja, pero podéis usar la que tengáis para la cocina, porque no se estropea. Eso sí, no la pongáis a mucha velocidad porque tendréis el riesgo de salpicaduras.
Con la batidora se alcanza la traza (el momento en el que la sosa y el aceite han saponificado) en unos segundos, lo notaréis porque adquiere una consistencia como de natilla espesa.
En ese momento es cuando añadiremos los aceites del sobreengrasado
y el aceite esencial. Yo para la cantidad de jabón que he hecho he añadido unos 7ml
Se bate un poquito más para mezclar bien todos los ingredientes y se vuelca en un molde. Yo utilizo uno de silicona porque luego me resulta muy fácil desmoldarlo, pero hay gente que lo hace en moldes de madera (para que salgan todos los jabones más homogéneos) o en moldes individuales con forma de corazón, flores, estrellas…
En este caso, como tenía flores de tomillo secas, le he puesto unas pocas para adornar.
Yo ahora lo que hago es cubrirlo todo con un papel film,
envolverlo con una toalla,
y ponerlo sobre un radiador unos minutos. Esto lo hago para que gelifique, para que coja más temperatura el jabón. Se vuelve blando y adquiere una tonalidad marronácea muy fea, pero no os asustéis, porque cuando se enfría vuelve a su color natural. De este modo los jabones tienen una textura más suave y dura, esa es mi impresión. También podéis hacer este proceso en el horno, calentándolo a 70gr y cuando metáis el jabón lo apagáis y lo dejáis durante toda la noche que se enfríe poco a poco.
- Cortar
Yo normalmente suelo esperar un día o día y medio para desmoldar y cortar. Es un momento crucial, porque si lo desmoldas y está blando, lo más normal es que se queden las huellas de los dedos y se deforme. Y si esperas mucho y está demasiado duro, se puede romper o tener muchos problemas para cortarlo. Yo lo hago con un cuchillo jamonero muy fino, com mucho cuidado, pero venden cortadores especiales con diversas formas.
Y este es el resultado. es un jabón con un color verde precioso, en la foto no se aprecia bien y huele de maravilla.
Bueno, pues esto es todo. Espero que os haya gustado y me pongáis vuestras opiniones.
Ah!! Y perdonad por la calidad de las fotos, pero os aseguro que no ha sido fácil hacer el jabón y las fotos a la vez, los que ya hayáis hecho jabones antes, sabréis de lo que os hablo jeje.
